Llanto en las paredes,
azotadas por la ausencia de tus ojos,
por tu pupila desvanecida,
frente a la niebla de la duda.
Nuestro camino
desflorece,
vistiendo pétalos de amnesia,
en la penumbra que nos iluminó,
tras esos días de risa y llanto.
Días de euforia ambigua,
atormentadas por los vientos del exilio,
difuminada por la sombra de tu espalda.
El camino se carga de
desencuentros,
de palabras
insípidas,
que abren los últimos cultivos de olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario